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noviembre 26, 2024Fundada en 2017, Willbö es una empresa de ingeniería multidisciplinar con experiencia en los sectores naval, industrial y energético. Desde su inicio, ha ofrecido soluciones innovadoras en energías renovables y descarbonización.
Comprometida con la sostenibilidad, Willbö desarrolla tecnologías avanzadas como la captura y almacenamiento de CO₂ en embarcaciones, superando los objetivos de la OMI. Su cofundador, Julián Fontela, afirma que el hidrógeno en amoníaco es una opción prometedora para el transporte marítimo y resalta la importancia de la producción local y el impulso de la generación de energía eólica o fotovoltaica para fomentar el hidrógeno verde en la industria.
1. Willbö es una empresa de ingeniería que presta servicios a nivel internacional tanto en el sector naval como en el industrial. ¿Cuáles son sus servicios más demandados?
Como bien dices, Willbö es una compañía especializada en ingeniería multidisciplinar, en los ámbitos de la generación de energía convencional y renovable, oil & gas, plantas e instalaciones industriales, además de naval y offshore, con capacidad de desarrollar ingeniería de proceso y de alto valor añadido.
Desarrollamos proyectos que abarcan desde las fases conceptuales hasta la ingeniería básica y la etapa de construcción, dirección de obra y soporte a compras.
A raíz de la pandemia, hemos incorporado a nuestro catálogo soluciones de ingeniería basadas en Realidad Mixta, permitiendo resolver problemas complejos de manera innovadora y disruptiva.
Desde 2022, hemos tenido la oportunidad de participar en proyectos orientados a la descarbonización, entre los cuales la producción de gases verdes ha cobrado una importancia muy relevante y nos ha permitido especializarnos en estos procesos.
2. Entre su experiencia cuenta con proyectos para facilitar la descarbonización del sector naval, ¿en qué consiste la iniciativa y cuál es su participación?
Los objetivos de descarbonización en el transporte marítimo están definidos por la Organización Marítima Internacional (OMI) y se podrían resumir en Reducir la intensidad de carbono al menos un 40 % para 2030 y un 70 % para 2050 y disminuir las emisiones absolutas de Gases de Efecto Invernadero en al menos un 50 % para 2050, siempre respecto a los niveles de 2008.
En este sentido, hay un mix de propuestas tecnológicas que aportan mejoras parciales, desde mejorar la eficiencia energética de las embarcaciones hasta optimizar las operaciones y rutas, pasando por la adopción de combustibles hipocarbónicos, cuya disponibilidad todavía no está garantizada.
Nuestra apuesta pasa por el desarrollo de un Sistema de Captura y Almacenamiento de CO2 que se instale a bordo de cualquier tipo de buque, adaptándolo a las necesidades concretas de cada armador.
Es una propuesta que permite reducir las emisiones de CO2 en el corto plazo y en un porcentaje casi del 90%, muy por encima de los objetivos propuestos y que, además, permite seguir utilizando combustibles fósiles mientras los renovables sigan enfrentándose a desafíos de costo y disponibilidad.
Por otro lado, la Captura de CO₂ está en un punto de madurez tecnológica que puede ayudar a las empresas industriales a reducir sus emisiones, especialmente a aquellas que son intensivas en el consumo eléctrico, como metalúrgica, aluminio, cementeras, etc. y nuestra propuesta permite hacer un enfoque realista y a medida para cada una de ellas.
3. Según su opinión, ¿qué papel juega el hidrógeno renovable en la descarbonización del transporte marítimo?
Las necesidades del transporte marítimo son muy especiales variando mucho entre un gran buque portacontenedores que hace rutas por ejemplo de 40 días, un crucero que hace varias escalas a la semana en ciudades como Vigo, que cuenta con un Puerto espectacular; o por poner otro ejemplo local, el sector de la pesca, en el que encontramos barcos que faenan 8 horas y vuelven a puerto.
De forma genérica, parece que el hidrógeno renovable tendrá difícil una aplicación directa como combustible en el transporte marítimo, por motivos como su coste de producción, dificultades de transporte y un difícil compromiso con la autonomía del buque. Más allá del coste del hidrógeno verde, se observan retos muy significativos relacionados con los volúmenes de almacenamiento requeridos y sus necesidades operativas.
Sin embargo, el uso del hidrógeno vehiculado a través de un compuesto intermedio, como el amoníaco (NH3), uno de los compuestos químicos más producidos del mundo por sus múltiples aplicaciones industriales, puede ser una solución real a los problemas de transporte y almacenamiento y una solución a su uso como combustible marino.
4. ¿Y en el sector industrial?
El hidrógeno verde dispone de un acceso en primera instancia al mercado como sustituto del hidrógeno convencional en aplicaciones industriales que ya requieren un consumo, parece un camino lógico. Si se pretende generalizar su uso, debemos apostar también por una producción local, reduciendo costes asociados al transporte y acompañada de generación eólica o fotovoltaica.
En otros ámbitos, en esta etapa de desarrollo en la que nos encontramos, poner al hidrógeno verde en competencia con el Gas Natural, aunque esté subvencionado, no ayuda a la implantación del mismo.
“Nuestra apuesta pasa por el desarrollo de un Sistema de Captura y Almacenamiento de CO2 que se instale a bordo de cualquier tipo de buque, adaptándolo a las necesidades concretas de cada armador.”
5. ¿Qué desafíos tecnológicos debe asumir el sector del hidrógeno renovable especialmente a nivel industrial?
A nuestro juicio, los desafíos tecnológicos en la producción de hidrógeno se concentran principalmente en la evolución de las tecnologías de electrolizadores. Aunque los electrolizadores de membrana de intercambio de protones (PEM) son los más utilizados actualmente, el desarrollo y maduración de alternativas como los de membrana de intercambio aniónico (AEM) y los electrolizadores de óxido sólido (SOEC) son claves para mejorar tanto la eficiencia como los costos de producción.
Además, es fundamental abordar la reducción de las exigencias de calidad del agua requerida para la electrólisis, lo que podría abrir la puerta a recursos de agua más asequibles y diversos, aumentando así la viabilidad de los proyectos.
No obstante, para lograr que estos proyectos sean económicamente viables, será necesario no solo un avance en la tecnología que garantice la fiabilidad de operación en condiciones variables, sino también una disminución de los costes, un desafío que, en la actualidad, solo parece superarse mediante proveedores chinos, quienes han conseguido optimizar la relación entre costo y eficiencia a niveles competitivos en el mercado.
6. ¿Qué servicios presta Willbö en un proyecto de hidrógeno verde?
Este es un sector en el que nos debemos a nuestros clientes y debemos mantener confidencialidad sobre los proyectos en los que participamos, pero nos gusta decir que convertimos los estudios de viabilidad en soluciones reales desarrollando ingeniería básica y de detalle. Ponemos al servicio de nuestros clientes nuestra experiencia en ingeniería civil y arquitectura industrial, ingeniería eléctrica e instrumentación y control, ingeniería mecánica y de procesos. Además, apoyamos en la gestión integral de nuevos proyectos y ampliaciones de los existentes desde las fases de ingeniería conceptual a la dirección obra, pasando por la gestión de compras.
7. ¿Cree que se conseguirán los objetivos de la agenda 2030, de alcanzar la neutralidad energética en 2050?
El desarrollo de nuestra civilización se basa en un consumo creciente de energía barata. Ese concepto de precio justo a cambio de energía nos condiciona a la hora de valorar la transición hacia una energía más limpia no como una opción, sino como una necesidad, como una urgencia. El desafío es complejo y afecta a múltiples equilibrios, quizás inestables, de carácter político, económico y social.
Sin embargo, si partimos del convencimiento de que no hay alternativa, debemos pensar que existen múltiples soluciones tecnológicas que explorar y aplicar que pueden ayudar a aproximarnos a esa neutralidad.
Las políticas públicas y el respaldo financiero pueden actuar como catalizadores para la adopción de tecnologías de captura de carbono y combustibles renovables, y desde WILLBÖ queremos ser partícipes de este proceso y contribuir, desde la innovación, a construir un futuro sostenible y reducir significativamente nuestra huella de carbono.